sábado, 26 de abril de 2008

HUACHO CAPITAL DE LA HOSPITALIDAD


HUACHO
La Provincia de Huaura cuenta con 12 distritos, los cuales son: Ambar, Carquín, Checras, Huacho, Hualmay, Huaura, Leoncio Prado, Paccho, Santa María, Santa Leonor, Sayan y Végueta.
Huacho es la capital de la Provincia de Huaura, esta provincia esta ubicada al norte de de la ciudad de Lima; en el km 148.
Por los servicios prestados durante la campaña de la independencia, Huacho recibio el titulo de "Fidelisima Villa" por ley del Congreso que fue promulgada en Casa de Gobierno, y firmada por el Presidente don José de La Mar y Cortázar, el 16 de abril de 1828.
Huacho, es una pequeña y pintoresca ciudad costera, con tranquilas playas de fina arena y aguas apacibles; posee un extenso malecon y en el puerto; un gran muelle.
Entre sus playas mas conocidas tenemos las de Hornillos, Colorado, El Paraiso, Playa Chica, Punta Salinas, Centinela, Tambo de Mora, y Las Yeseras.



Pero adicionalmente a sus atractivos turisticos, Huacho es rico en historia, tal como nos la describe nuestro distinguido amigo José Jorge Nava Pittaluga; quien nos ha enviado el siguiente material el cual será de gran ilustración para todo el que quiera conocer el rico pasado histórico de "HUACHO, CAPITAL DE LA HOSPITALIDAD".
HUACHO DURANTE LA INDEPENDENCIA
Arribo y desembarco de la Expedición Libertadora En la apacible bahía de Huacho
Huacho es visitada diariamente por gran cantidad de turistas peruanos y extranjeros, ambos para disfrutar de su agradable clima, de la hospitalidad de sus habitantes y, para conocer y contemplar su apacible y hermosa bahía que escogiera el general José de San Martín, para el desembarco de la Expedición libertadora del Perú que comandaba.
Ciertamente que el general San Martín no llegó por casualidad, desembarcó en Huacho y en las playas aledañas porque tenía planes e información detallada que le proporcionaron las dos expediciones realizadas en 1819 por el almirante Tomás Alexander Cochrane, que confirmaron las noticias que se tenía y sirvieron para perfeccionar los planes de arribo y desembarco en estratégicos lugares de la costa cercanos a Lima; que sirvieron además para elaborar mapas al detalle, y conocer la inclinación política de sus gentes y las posibilidades de abastecimiento y víveres, para no menos de seis mil hombres más la caballada que traían.
Fue así, que, cuando llegó Cochrane en 1819, los hijos de esta región hicieron toda clase de sacrificios para brindarles el apoyo que necesitaban, abandonando casi todos la causa del Rey, para convertirse en amantes de la libertad, con excepción de uno que otro vecino que huyó. Y cuando los realistas volvieron a recuperar las poblaciones, decretaron los más duros castigos contra los huachanos, por haber estado entre los más cooperadores, siendo larga la lista de los sentenciados a ser pasados por las armas. Esas, entre otras, fueron las razones que llevaron al general San Martín a elegir a Huacho como el lugar de desembarco de sus tropas, por estar bien ubicado, a distancia prudencial de Lima y con todos los factores deseables a su favor.
REPASANDO LA HISTORIA
10 de Noviembre de 1970
La Comisión Nacional del Sesquicentenario de la Independencia del Perú, que presidía el Grl. DIV. EP Juan Mendoza Rodríguez, inaugura el busto en bronce del Generalísimo José de San Martín, en la Plaza que lleva su nombre y que todos conocimos erróneamente como de “La Merced”. En esa ocasión se recordó el 150° aniversario del arribo y desembarco de la Expedición Libertadora del Perú al mando del General San Martín. Del elocuente Discurso de Orden que estuvo a cargo del Dr. Alberto Tauro, que mereció el aplauso unánime de los asistentes, aquí algunos párrafos:
"Despuntaba el alba el 10 de noviembre de 1820, cuando los laboriosos pobladores de Huacho se apostaron jubilosos frente a la playa, para contemplar un acontecimiento largamente esperado. A corta distancia se destacaban en el horizonte las airosas siluetas de las unidades de la Escuadra Libertadora, al ancla y con las velas recogidas. Algunos pescadores debieron aderezar febrilmente sus barquichuelos, para aproximarse hasta los buques y ofrecer sus servicios en la eventualidad que se presentaba; otros reconocieron quizá las maniobras que se efectuaban a bordo, o escuchaban aisladas voces de mando, y esperaban el inminente desembarco de las fuerzas patriotas. Pronto fueron lanzados los botes y centenares de soldados bajaron a tierra".
"Desde hacía dos meses era conocida en todo el valle la presencia de la Expedición Libertadora del Perú, gracias a los abnegados emisarios que habían llegado con las noticias de sus acciones. El armisticio y las conversaciones sostenidas en Miraflores (24 a 30-IX) fueron sólo una estratagema dilatoria, mediante la cual logró superar el Virrey los efectos psicológicos de la sorpresa del desembarco de la Expedición, y, por añadidura, neutralizar la desconfianza que inspiraban el número y la prestancia de los patriotas existentes en el país".
"Concluido el armisticio, fue desplegada una pujante ofensiva hacia el sur de Pisco, hasta Nazca, para excitar el levantamiento de los pueblos. Al mismo tiempo, el General San Martín se movilizaba en la escuadra (24-X), para trasladar su cuartel general al norte de la capital, situándose luego (30-X) en las quietas aguas de Ancón. La escuadra se movió hacia las playas de Huacho (9-XI) y cuando en las primeras horas del siguiente día (10-XI) se dispuso a desembarcar frente a sus playas, la población entera participó masivamente en las operaciones respectivas, ofreciendo agua fresca y frutos de la tierra a los soldados, cooperando en el traslado de las piezas de artillería si ello era menester".
"El pueblo entero demostró su adhesión a la libertad, renovando de esta manera sus generosos servicios; los cuales tambien presto durante el dominio español. De lo cual el propio Virrey Pezuela tuvo exacto conocimiento, pues, según apuntó: “la opinión general es que en toda la costa, desde Chancay hasta Santa, no hay dos docenas de habitantes fieles al Rey".
"Pero de modo particular comprobó el pueblo de Huacho su decisión de trabajar por la libertad, cuando prestó auxilios a la primera expedición comandada por Tomás Alexander Cochrane y la salvó de los estragos que en sus hombres pudieron ocasionar el hambre y la sed".
"En aquella oportunidad, las naves habían fondeado en la isla de San Lorenzo y, no obstante repeler un ataque de las embarcaciones destacadas desde el Callao (25-III-1819), dirigieron sus proas hacia el norte. A los tres días se hallaron frente a Huacho, y Lord Cochrane envió un mensaje al comandante militar de la plaza para darle a saber que no intentaba hacer daño alguno a la población, sólo deseaban obtener agua y víveres, pero el comandante Rafael Cevallos Escalera pretendió detener el aprovisionamiento, y de modo imprudente dispuso el embargo de los toneles destinados para el agua, e incluso ordenó fusilar a dos hombres que demostraron notoria diligencia en la prestación de sus servicios. Ello fue menester el desembarco de unos 500 hombres, que protegieran la operación iniciada y castigaran el abuso descargado contra el pueblo de Huacho. Virtualmente se les unieron los habitantes y juntos viajaron hacia Huaura, sin encontrar resistencia organizada".
"Nuevamente se hicieron a la mar (5-IV). Al día siguiente llegaron las fuerzas a las cuales confiara el Virrey la oposición armada contra los expedicionarios, pero en Huacho no hallaron un solo hombre, porque todos habían abandonado el pueblo para evitar las represalias y se hallaban ocultos en la campiña o tras los montes. Fueron perseguidos en forma implacable, apresados y sometidos a proceso; pero la acción y el efecto de la causa se vio con toda claridad que en ese lugar, así como en Supe y Barranca, “no debiera haber quedado sino uno que otro sin castigo”, porque habían manisfestado su patriotismo en alto grado e inclusive habían tenido ocultos a fugitivos de las rígidas prisiones de las Casas Matas chalacas, etc".
"Lejos de amedrentar a este valeroso pueblo de Huacho la severidad de las medidas punitivas, se acrecentó su decisión de luchar por la libertad. Algunos de sus caudillos más esclarecidos se habían librado de una muerte segura incorporándose a la expedición de Lord Cochrane, como Andrés de los Reyes Buitrón, Francisco de Vidal y Laos, José María Pagador, Cayetano Requena, Juan Franco, Juan Fonseca y Doroteo de los Santos".
"De modo que al desembarcar en Huacho la Expedición Libertadora, sabía el General San Martín que actuaría como el catalizador de una antigua y firme decisión, pues, la voluntad general llevaba a forjar una democracia basada en el trabajo fecundo, en la dignidad amparada por la ley, y en la libertad que hace del hombre un artífice de su propio destino".

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